domingo, 22 de enero de 2012

Crítica a la "Psicología" Transpersonal (Parte II): Su Metafísica de la Conciencia y su Epistemología Errada. Capitulo I

Como en cada perspectiva psicológica (sistémica, cognitiva, psicoanalítica, humanista) existen diversas escuelas o ramas, la Psicología transpersonal, no escapa de esto. Algunas de sus ramas que veremos a lo largo de este ensayo con sus presupuestos metafísicos, algunas son más radicales que otras, pasando primero por un encuandre Jungiano a uno meditativo budista (tibetano) hacia finalmente a uno new age que integra todo tipo de mistisismo chamánicos supersticiosos (esta última parte se abordará en la parte III).

Enfocándonos ahora al tema metafísico, cuando hablo de "Metafísica" la tenemos que entender como ULTRA-positivista, HIPERpositivista o TRANSpositivista, cualquiera de ellas se refiere a lo mismo. Por supuesto cuando hablo en estos términos debo por supuesto definir qué es positivismo y qué es lo que "empareja" lo transpersonal con lo positivista.
Para ello resumiré la epistemología en 2 perspectivas epistémicas: Positivismo y Constructivismo. Cada una con distintas variantes de extremo a moderado (existen muchas corrientes epistemológicas, pero para la intención de este ensayo las resumo en hiper-positivismo, positivismo y constructivismo sólo para aclarar mejor las ideas).
Yo demostraré que la Psicología transpersonal es una variante ultra extrema del positivismo al negar el empirismo y que está lejos de emparentarse con el constructivismo (paradigma posicionado como fundamental desde los años 50s en Psicología). Pero vayamos más despacio punto por punto para que se entienda cabalmente.
Positivismo en el sentido epistemológico, reconoce que el mundo existe independiente de nuestra forma de conocerlo, sostienen además que es posible representarlo en palabras tal cual como las definimos, en ese sentido, las palabras son exactamente lo que refieren a las cosas o entes. O sea, podemos abordar la realidad reflejándola isomórficamente, descubriéndola e identificando sus propiedades y leyes que sustentan cada fenómeno. En resumen, el positivismo dice que hay una aparente separación entre el objeto, y el sujeto que conoce a dicho objeto de forma pasiva en un principio, pero que puede descubrirla con sus propiedades y leyes mediante algun método científico activamente al objeto.
Sin embargo, lo trans-positivista además sostiene que tenemos un lenguaje que se comunica con los entes inorgánicos y/o metafísicos a razón de relaciones superticiosas, suponiendo la existencia de algo universal repetible que es igual a cada uno de los entes humanos, tales como: las almas, existencia de algo afuera que piensa y se emociona como nosotros fuera de la percepción materialista de los 5 sentidos, realidades objetivas puras como espíritus o energías con respectivas formas numéricas medibles, a éstas cosas puras existen el bien y el mal o binarios hombre-mujer perfectamente definidos, creen que los números son místicos y que estos comunican con otras realidades transmateriales (carta astral, numerología), las formas en como se traza una distinción en las estrellas formando objetos que representan realidades de destinos (astrología), rectángulos de cartón con dibujos que elegidos al azar representa tu inconciente (psicotarot), meditación que te conecta con el todo cósmico (respiración holotrópica, budismo tibetano y un largo etc.
Por supuesto la ciencia dura positivista no va tan lejos que el ultrapositivismo. En otras palabras, es un pensamiento tan positivista que va más allá de lo positivista mezclando el pensamiento mágico (animista o antropocéntrico) egocéntrico infantil con la creencia más radical metafísica que pueda haber detrás de la representación (lo representado es exactamente lo real), evitando hiperpositivistamente todo empirismo estadístico posible, imponiendo un transmaterialismo que explique toda causa y efecto unilateralmente como si ciencia dura fuese.
Por supuesto tenemos también en los transpersonales variados vestigios del pensamiento mágico infantil (véase en las etapas del desarrollo de Piaget respecto al egocentrismo y animismo infantiles) que muchos se solidifican a partir de las bases religiosas o superticiosas que cada cultura presenta. Por tanto, no es de extrañar si existen miles y miles de misticismos a lo largo de la historia sin un marco teórico que las pueda agrupar en un discurso minimamente coherente (esto lo retomaré en la parte III).

Como la metafísica intenta ir más allá de los 5 sentidos (niega el empirismo), con conceptos tales como intuición, espacios de vidas pasadas, arquetipos, karmas, etc, impide cuaquier intento de corraboración empíricamente estudiable. A diferencia con el Psicoanálisis, que si bien su concepto de Inconciente no puede superar los estandartes de las presuposiones lógicas semánticas sin contradicciones (del positivismo), el psicoanalisis en cambio, propone que existe un universal que es único por cada ser humano con su propio código y mensaje (lo inconciente), además que en la lógica del inconciente lo desagradable puede ser agradable, por lo cual se puede presentar contradicciones lógicas que el sistema positivista no soportaría si no son definibles objetos exactos y no metafóricos (lo que lo acerca al Constructivismo). Además que lo inconciente varía con su tiempo propio, sin estar anclado en el principio de realidad o conciencia. Pero el Psicoanálisis al igual que las demás Psicologías (menos la transpersonal) se basan en los principios empíricos vivenciales. Todo esto dicho lo retomaré más calmada y pausadamente a lo largo del ensayo (especialmente la parte III) , pero que esto sirva sólo como introducción.
En ese sentido, lo transpersonal está por fuera, más allá de todo ello, ya que no contempla las variaciones del lenguaje, sino que a priori denomina sustancias espirituales que son apreciables mas allá de los 5 sentidos y que el universo o kosmo adopta una funcionalidad antropocentrista dedicada a la realidad humana (las realidades están afuera inmodificables y además no son empíricas).
Pues ahora bien, prosiguiendo con la otra perspectiva epistémica, la Constructivista, Vemos que el pensamiento metafísico o hiperpositivista de los transpersonales dificilmente concuerda con esta última. Si los entes que van más allá de la realidad no puden ser abordables por los 5 sentidos o por el empirismo inductivo, las esencias no son modificables bajo ningún modo por nuestra misma cognición o construcciones sociales. Todo concepto de impronta cósmica, arquetipos, vidas pasadas, astrología, tarotismo, respiración holotrópica, estados superiores de conciencia, son fenómenos que no sigue ninguna influencia de los constructos sociales diacrónicamente hablando. Por lo cual la separación de sujeto-objeto es aún más radical, ya que el sujeto con su experiencia no puede modificar las esencias o las entidades a priori que determinan sus senderos de vida. No hay una acción activa por conocer, sino que hay que adaptarse a las condiciones que reflejan lo esencial de la voluntad del karma, alma, arquetipo, impronta cósmica, numerología, etc.

Por lo tanto, para seguir o ser psicólogo transpersonal hay que aceptar una serie de presupuestos religiosos o juicios metafísicos para ser partícipe. De modo que si uno es católico, judio, protestante, islámico, ateo no podría ser transpersonal, en cambio, si uno es seguidor del budismo, el hinduismo (krishna) o de las espiritualidades new age, podrá serlo. Importante es señalar también las viscitudes del pensamiento metafísico basado en conjeturas de la física moderna a partir de los fenómenos cuánticos. Básicamente con decir que si el mundo en su sub-dimensionalidad se comporta de dicho modo, se explica rapidamente por factores de espiritu y energias (karmicas, chi, regresiones ancestrales, etc).

¿Qué hace que Jung sea considerado el padre del pensamiento psicológico transpersonal? (dicha pregunta se abordará también en la parte III)
Básicamente Jung, retorciendo el legado psicoanalítico, se aleja del postulado elemental de la interpretación de los sueños de Freud. Si para el psicoanálisis los contenidos oníricos tales como un objeto, elementos, una emoción de un suceso onírico, significan lo que para cada sujeto significa sin encontrar tales supuestos universales. Jung en cambio, poco a poco alejándose de su maestro postula que hay símbolos, arquetipos, inconciente colectivo que universalmente nos alinea a cómo entender nuestro sentido de vida o experiencias oníricas. Para ello Jung agrupa elementos en distintos conjuntos que llama "arquetipos".
Cabe recordar que Jung antes de colaborar con Freud, ya tenía años atrás sus propias investigaciones sobre ocultismo (su tesis doctoral), por lo cual Jung jamás abandonó dichas creencias metafísicas aún perteneciendo a la asociación psicoanalítica. Jung también aborda términos como "sincronicidad" como una relación entre tiempo y espacio psíquicamente condicionada, o sea, tenemos un poder egocentrico tal que podemos decir que somos nosotros quienes creamos causa y efectos a nuestra voluntad inconciente. Qué cosa más ultra-positivista que eso, es ahora como un positivismo radical pero invertido, a saber, el sujeto tiene al objeto en su propia sincronía, los objetos van siendo en sus leyes y propiedades de comportamiento según como se disponga la psíquis. Si pienso que un amigo me va a llamar por teléfono y éste me llama en dicho momento, para Jung, es sin duda un sincronismo donde tiempo y espacio por un lado está sincronizado con mi mente. Coincidencias existen, pero no por eso podemos saltar a la conjetura de que son reflejo de que el pensamiento sincroniza con lo temporeo-espacial. Como si el espacio-tiempo estuviera pendiente de nosotros, estuviera pendiente de nuestra mente. Sobre este tema volveré más tarde respecto al egocentrismo y pensamiento mágico infantil que propone Piaget (parte III).
Jung por otra parte le gusta mucho usar binarios conceptuales, rescatando del pensamiento oriental aquello de los opuestos complementarios cuando habla del animus y el anima, dicotimizando lo masculino de lo femenino, idea que también tomó Adler quien fue expulsado de la asociación. De esta forma, encontrarmos elementos a prioris que están por fuera de nuestra construcción. Cada ser humano tiene un lado femenino y masculino, lo cual Jung une con otros 2 binarios más, los llamado persona y sombra y extrovertido-introvertido. Simplistamente conjuega estas uniones con todo el arcenal arquetipo simbólico que a seudoantropólogo grafica. Por tanto, cree que el destino humano está cimentado en dichos estados inconcientes colectivos en todas las eras de la humanidad. De modo que, no nos extrañemos cuando un Jungiano en algun test proyectivo de dibujo nos diga cosas tan absurdas como: "aah! el sol es el superyó, el árbol es tu inconciente", "tu fobia a objetos redondos (araña) es por tu madre y tu fobia a objetos alargados (serpiente) es por tu padre", dotando a cualquier figura una interpretación a priori ya conformada, alejando así la singularidad real de nuestros pacientes.

Retomando el tema del positivismo y constructivismo, resumo así el inconciente colectivo: Hay lenguaje común a los seres humanos de todos los tiempos y lugares del mundo, constituido por símbolos primitivos con los que se expresa un contenido de la psiquis que está más allá de la razón. Dejo a uds que vean lo hiperpositivista de esto y cómo se contradice con cualquier teoría de sociología y antropológica actual.
Muy distinto es el postulado psicoanalítico donde "el inconciente" debe entenderse como algo que guarda su propio código y mensaje, que debe ser traducido como si fuera un nuevo jeroglífico donde encontramos de pronto vestigios de una piedra roseta que nos puede ayudar a traducir e interpretar lo que en el síntoma nos comunica. Por tanto, no existe un diccionario onírico que establesca un significante (objeto, elemento) con un significado puro.
Sin embargo, por supuesto en la interpretación de los sueños hay pequeñas interpretaciones que están de cierto modo comandadas por ciertos significantes que se traducen en significados por asociación condicionada o algo en el orden del objeto mismo. Si por ejemplo soñé con un taximetro que está cobrando mucho peaje y empiezo a sentir un calor que hace que el auto exude aceite, puede significar en la vida real que estoy con fiebre y que necesito un termómetro para medir mi temperatura. Ahora bien ¿qué podría tener que ver un taxímetro? pues el taxímetro está en el orden de lo medible, al igual que un termómetro, junto con el calor, que es la fiebre misma, la explosión del aceite del auto puede asociarse en algo en el orden de que el líquido que contiene el mercurio del termometro estalle, tal como en las caricaturas cuando éste estalla. Podemos ver que ciertos objetos por sus propiedades guardan relación sustitutiva con otros objetos en la cadena de asociaciones. Por tanto su interpretación onírica hay que entenderlo según lo que recientemente vive el sujeto, con los aspectos ampliamente culturales de los signos o símbolos de cada lugar con su PARTICULARIDAD, sin limitarnos a esquemas arquetipicos que sesgan este trabajo.

Otro tema relevante y que toca directamente con principios éticos, es la aceptación o la promoción del uso de sustancias ilícitas para llegar a los estados "superiores" de conciencia. Más allá del acuerdo o no de la legalización de dicha drogas psicotrópicas, ellos enmarcan desde ellas una apertura a la sanación. Por ello, es fundamental para ellos, denominarlas como "expansores de conciencia" y no tratarlas peyorativamente de "drogas".
Creo que es allí donde podríamos juzgar si los transpersonales juegan con fuego o no al provocar estallidos psicóticos y lograr así despersonalizaciones y regresiones psicóticas como efectos secundarios. A esto último, existe un extenso debate en distintas escuelas de Psicología sobre lo que se considera psicótico o no como cuadro clínico.
Buscando entonces ampliar el margen de lo psicótico o lo concientemente expandido como algo sano y natural a la esencia humana, están tocando mano a mano a posibles descenlaces de cuadros esquizofrénicos, por otro lado al menos, no he conocido transpersonales que nieguen en su totalidad los cuadros de esquizofrenia, pero de seguro deben haber.

Muchas veces los transpersonales concluyen que las experiencias que vivencian: "solo yo la puedo entender" y que no se pueden trasmitir con palabras, ya que hay que sentirlo, no pensarlo. Allí pues están faltando a la ética en donde "tú me debes creer si sientes lo mismo o que sentirás lo mismo que yo al decir que no lo pienses". Aquí, se está negando o más bien parcializando, arrinconando, reduciendo el carácter más humano de nosotros "el lenguaje", a algo que "contamina" nuestras vivencias emocionales "puras". Cuando dice "siéntelo", yo puedo sentir innumerables cosas en distintos segundos según transcurra mi estado de ánimo, pero jamás podré saber qué tipo de sentir es el que se nos exije sentir. Cuando dicen: "siente que estás fuera de tu mente", es mas que nada imaginar sintiendo que estás fuera de tu mente (ver parte I), si yo me imagino en un abismo con lava, pues claramente sentiré una emoción distinta a que si imagino estar fuera de mi mente conectada a un todo universal. Si esa imagen-sentir la sentimos agradable (en comparación a otras), el transpersonal rapidamente nos señala diciendo: AJA! lo ves!! eso que estás sintiendo es la verdadera realidad, una bondad que no puede expresarse con palabras. Pero curiosamente, ya están ya! expresando con palabras al otro que eso justamente es la verdad con sus palabras! (ver parte I).

Vayamos ahora a estudiar críticamente a Ken Wilber, el teórico transpersonal que más intentos da en dar seriedad a lo transperonal como una suerte de rigor científico. Para ello él acude una serie de referencias científicas, epistemológicas y psicológicas de diversas corrientes, para decir que aparte de los estudios empíricos (que son todas las psicologías, menos la transpersonal), de las cuales acepta, hay realidades que transcienden la realidad sugerida. Para ello Wilber utiliza a su protección el concepto de "holón", del cual aunque teoricamente viable para esquematizar amenamente la realidad humana y sus complejidades del mundo circundante, hay un niveles del concepto de holón que se contradice a sí mismo y no logra dar con su salvavida de producir un concepto que justifique lo metafísico, pues aquello de la parte-todo, presenta serias paradojas que Wilber jamás intenta remediar, más bien las pasa por alto y rapidamente crea sus niveles de profundidad y amplitud para el asombro de algún descuidado lector. Respecto al holón entiéndase así: todo está formado por partes que se asientan en totalidades mayores que integran esas partes, que a su vez, esas totalidades también son partes de otra y así al infinito. Vemos entonces que con ésta lógica, Wilber intentar justificar lo espiritual retomando el viejo intento de Tomás de Aquino de probar un Deismo referido al motor causante de todo lo de sí o la causa primera aristotélica que explique el origen de lo divino o la realidad total. Según Wilber por lógica holística llegaremos al todo del todo en donde ese "todo del todo" estará lo espiritual. Pero, si lo Físico (véase el Materialismo Emergente) para Wilber es el inicio del todo, pues lo físico es parte/todo, pero que sin embargo, no tiene más elementales (partes), o sea, ¿por qué precisamente no sería lo Físico lo que sustenta el todo del todo? en vez de para él, sería lo espiritual como lo que reúne todo, ¿no cae entonces en un antropocentrismo desmedido creer que el basto universo, se lee, se piensa, se proyecta, mediante solo y desde nosotros? Por más que empleemos el principio antrópico más radical para justificarlo, eso no quita que la explosión del sol, una radicación de un supernova lejana o un hoyo negro nos liquide abruptamente.
Ken Wilber (1996) en su libro "Breve historia de todas las cosas" intenta patéticamente solucionar esta tremenda contradicción llenándose de mayores contradicciones en su intento de justificar el nivel Espíritu: "Está completamente más allá de este mundo pero también incluye a todo holón individual de este mundo. Impregna toda manifestación pero no es una mera manifestación. Está totalmente presente en cada nivel o dimensión pero no es ningún nivel o dimensión concreta" (p.64).
La contradicción de Wilber no expresa más que desconocimiento filosófico en una simple idea proveniente de los presocráticos desde el poema de Parménides. O sea, como algo sustancial (material) convive con algo insustancial (inmaterial), pero que de cierta forma afecta lo sustancial, sin ser parte de ella, pero si lo fuera debería tener algo sustancial en común y ser a su vez sustancia de la sustancia, pero al mismo tiempo ser otra sustancia. De este modo, la insustancialidad se encerraría en si misma y nada contactaría o rozaría con la sustancia y sería un absurdo.

Para una mayor aclaración Wilber (1996) señala un principio teleológico metafísico espiritual de la evolución que va en contra de toda investigación o epistemología de la cosmología o astrofísica con respecto a la evolución o el devenir o la transformación continua del universo.
Sugiero que vean este breve video muy aclaratorio sobre el tema, para comprender el modo en como Wilber mal usa el ejemplo de los "simios escritores al azar" en una retórica engañadora: El Relojero Ciego. Por tanto, si vieron el video, la evolución no consiste en arrojar en un PRIMER intento todos los elementos o materias del universo y que al primer instante (sin tomar en cuenta los miles de millones de años), cada organización que ya fue vista en el futuro (lo que se quiere encontrar) surgieran de inmediato los ojos, bacterias, plantas, etc. Pues una persona como Wilber, que ya existe gracias a los miles de millones de años, postula que la idea de un mono escribiendo, cada acción que haga se acerque más y más a lo que él idealiza como eje regulador, lo que se llamaría una evolución acumulativa, en donde cada movimiento me acerca más y más al ideal pensado acumulándose exactamente parte por parte lo que uno tenga en mente.  Como si al mero primer intento al azar debería realizar con un aplauso agitar las moléculas del aire y generar un viento al azar que me haga construir un castillo de naipes. La evolución claramente no opera de esa manera absurda (tramposa desde la perspectiva de adelantarse al tiempo) que busca ridiculizar los creacionistas religiosos. Aquellas situaciones podrían tomar más de la edad del universo mismo.

Wilber, quien a estas alturas dudo que haya estudiado una filosofía posterior a la medieval de Aquino, se sumerge en una premisa tramposa, él ya estando en el universo puede calcular lo que vendría a configurarse, el ya es ya, un observador que puede en su presente, detener el tiempo y nombrar las cosas, denominar que son las cosas que hay y postula que el universo tiene como fin llegar a esas sustancias existentes como entes perfectos, terminados, finalizados, que ya no necesitan más evolución que ser tal cual como ellas mismas son. De ese modo se ADELANTA A UN PRESENTE QUE YA SABE, en la evolución la diferencia con el creacionismo, es que es ciega de lo que vendrá hacia el futuro.  O sea, Wilber en su egocentrismo congela el devenir del universo entero en las fotografías actuales que se pueden ver, sin considerar que el universo está en permanente cambio hace miles de millones de años, en donde no existía vida orgánica alguna hasta muchos millones de años y que nada asegura una evolución de la especie humana en miles de millones de años más o que la conceptualización perenne, eterna o divina del ente humano persista hacia el infinito de la misma manera. La ciencia carece de egocentrismo antropocéntrico, al decir que la humanidad es solo un breve instante del tiempo en el universo.
Luego Wilber (1996) mano a mano en lo que argumentan los Creacionistas, exclama concluyendo en su libro: "algo distinto al azar es lo que está empujando al universo (...) es precisamente el azar lo que se ve superado por el impulso autotrascendente del Kosmos" (p.49). De este modo bíblico, postula que "la  autotrascencia constituye uno de los cuatro impulsos de todo holón (p.49)".
En una maniobra muy propia de la psicología transpersonal para evadir las temáticas religiosas con dioses particulares, tratan de postular una sustancia o energía evolutiva del universo sin una antropo-morfo-lización de un Dios emocional. Wilber tal como lo adhiere en la Vacuidad del Budismo o al espíritu como lo incalificable, es la creatividad en sí misma como esa apertura espiritual del Kosmos, que en la parte de la parte del Cosmos, hay un Kosmos dentro del Cosmos que abre algo hacia la creatividad que se manifiesta en el Kosmos desde el Cosmos. Kosmos del cual nosotros supuestamente poseemos la forma de acercarnos a esta sustancia espiritual y "ser uno con ella" en la transendencia meditativa, fuera del Cosmo.

Es característico del pensamiento metafísico creer que el universo en su totalidad presenta actitudes humanoides o animalescas (horóposco) que están girando pendientes de nosotros sea si existimos o no. Así, el salto que da Wilber de la física a la noosfera es razonable y pertinente, pero desde la noosfera hacia el mistisismo es totalmente gratuito y azaroso. Con ello agrega una interpretación propia  Cabe recordar tambien su concepto de arco externo y arco interno, o del nivel visión lógica hacia el Psiquismo que sería los primeros momentos de experiencias extra-sensoriales... ¿extra-sensoriales? pues bueno, bajo qué criterios intenta hablar de forma seria algo tan azaroso y caprichoso.
Un artículo muy interesante de Wilber sobre los revoluciones científicas de Kuhn, en donde Wilber critica la ciencia postmoderna y de cómo desde ellas surgen innumerables corrientes esotéricas sin justificación alguna, es curioso que el mismo, intentando justificar el hiper-positivismo, intenta contradictoriamente detener las pseudociencias esotéricas que allí critica. Lo explico para que quede bien claro. Tomando el concepto de Paradigma de Kuhn en las revoluciones científicas, Wilber denuncia cómo las malas interpretaciones del concepto del paradigma a dado pie a variados intentos justificativos a dar legalidad a las pseudociencias, las cuales no tienen nada que ver a lo que Kuhn planteó. Para no meterme de lleno en un tema bastante extenso, diremos que curiosamente Wilber está en contra del "todo vale" epistemológico de Feyerabend.
Mientras leía aquel artículo, no podía más que asombrarme y estar en total acuerdo con él, sin embargo, todo era un engaño, al final del texto comenzó su tarea de justificar infructuosamente lo místico. Mientras detallaba razonablemente la ciencia monológica (cs. duras) y la ciencia dialógica (cs. social), de pronto se pega un salto azaroso hablando de lo trans-dialógico (misticismo), por lo cual recae Wilber, en el mismo saco que criticaba como ciencias postmodernas de la Era ego-narcisista científico del cual cada uno creaba su propia ciencia. Yo estaba muy desconcertado por ese repentino giro tras una apabullante lógica critica respecto al concepto de paradigma que ha sido malinterpretado. Menciono todo aquello sólo para quienes comprenden estos temas epistemológicos y para refleajar cómo Wilber se contradice continuamente en distintos ámbitos.
Seguiré abordando en la parte III o capítulo II de este ensayo los aspectos éticos, las distintas prácticas más metafísicas y sus intentos de justificación teórica. Originalmente del 21/7/11

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